Cada vez que levantamos la voz, nos llaman radicales.
Cada vez que decimos NO a lo que perjudica a la plantilla, nos llaman conflictivos.
Cada vez que denunciamos lo que otros callan o simplemente no se atreven, nos llaman exagerados.
No nos conformamos con que “nos escuchen”.
Queremos soluciones, no buenas intenciones.
Queremos hechos, no promesas.
Queremos derechos, no migajas.
🧩 ¿De verdad es radical pedir…?
• Horarios dignos y estables
- Conciliación real y no cosmética
- Que no se recorten derechos en nombre del “absentismo”
- Que trabajar domingos y festivos sea voluntario y bien pagado desde el primero
- Que nadie firme por ti acuerdos sin consultarte
- Que los contratos y las plantillas respondan a las necesidades reales
- Que se negocie de forma transparente y abierta
📌 Lo último en radicalismo: exigir que se cumpla la ley.
Solo —y hasta ahora— estamos pidiendo que se respeten los mínimos legales.
Si reclamar que no haya nóminas por debajo del SMI, errores en los pagos, menos de 12h entre turnos o acuerdos a puerta cerrada es radical… ¿cómo deberíamos llamar entonces a quien no respeta ni eso?
💡 La verdad es esta: somos quienes realmente trabajamos por mejorar nuestras condiciones.
Mientras algunos se reparten despachos, nosotros peleamos por cada derecho, por cada mejora, por cada paso adelante.
No es por postureo ni lo hacemos por intereses personales. Lo hacemos por convicción y por justicia
Nos llaman radicales porque hacemos lo que otros no se atreven a hacer: defenderte sin miedo.
Porque no aceptamos que decidan por ti.
Porque no nos vendemos por un euro en el ticket restaurant.
💥 Súmate a CGT.
En somos asamblearios. Escuchamos todas las voces. Decidimos entre todas.
Porque tu voz cuenta. Porque tus derechos importan. Porque juntas, podemos cambiar las reglas del juego
❌ No somos radicales.
✅ Somos claros, directos y coherentes.